LA FLORA INTESTINAL

En el aparato digestivo del hombre, como en el de los animales, existe una población de microorganismos que desempeñan la función que, según los casos, puede resultar beneficiosa o nociva.
En el intestino grueso, sobretodo, las bacterias se cuentan a miles, y son las que determinan la disgregación final de las sustancias residuales y las fermentaciones que confieren a la masa fecal su característico olor.

Una alteración de la flora intestinal tiene como consecuencia inevitable un proceso digestivo imperfecto, que puede desembocar con el tiempo en diversas enfermedades.
Los gérmenes que más fácilmente se convierten en nocivos son los de la putrefacción.
Las personas que come moderadamente y tiene un régimen vegetariano asimila rápidamente y ve reducida al mínimo la formación de gérmenes de putrefacción, al contrario de quien come mucho y además ingiere carne.

La acción mortífera de los gérmenes se puede comprobar en el alimento después de su ingesta, en la fase digestiva. Contra los microorganismos intestinales nocivos son eficaces las siguientes defensas:

  • Sobriedad en el comer
  • Masticación lenta y cuidadosa del alimento
  • Amplio consumo de frutas, verduras, lácteos, especias entre otras

Para beneficiarse de los efectos saludables de los alimentos citados es necesario consumirlos con regularidad.

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