Para planear un menú vegetariano se aplican las mismas normas que para una comida con carne.
Lo que se busca es un equilibrio de sabores colores y métodos de cocción.
He aquí unas pautas básicas:
- No duplicar sabores ni colores. Dos platos que contengan tomate o nata resultan monótonos.
- No duplicar métodos de cocción. Un primer plato a la parrilla y el segundo a la barbacoa pueden convertirse en un abuso de algo bueno. Dos platos que lleven hojaldre son sin duda un exceso.
- Equilibrar el menú. Servir un primer plato ligero si el plato fuerte es un guiso. Y al contrario, los fritos como entrantes requieren a continuación un plato fresco y ligero.
- Hay que planificarse. Intentar cocinar todo lo que se pueda por anticipado y no incluiremos más de un plato que haya que cocinar en el último momento, ya que nos quedaremos atrapados en la cocina.
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