La verdadera historia de un animal nacido en la industria de la carne


Cada año, miles de millones de animales sufren en las granjas industriales de Estados Unidos. Cada uno de ellos es dolorosamente torturado y matado. Los “animales caídos”, como se conoce a aquellos que están demasiado enfermos o débiles como para mantenerse en pie. Son los que más sufren. 
Ésta es la historia agonicatemente real de una “vaca caída”:
Las vaca llegó a los Corrales, una mañana de septiembre. Después de que los otros animales fueron bajados del camión, a ella la dejaron sola, incapaz de moverse.
Para hacerla bajar, los empleados de los Corrales le pegaron, la patearon y le aplicaron descargas eléctricas en la oreja. Finalmente, le pusieron una cuerda alrededor del cuello, ataron el otro extremo a una columna y pusieron en marcha el camión. La vaca se deslizó en el suelo del camión y cayó a la tierra sobre sus patas traseras y con la pelvis rota.
Ahí quedó tirada, bajo el sol tórrido, gritando de dolor. El único cuidado que recibió fue un poco de agua que le dio Jessie Pierce, una activista por los derechos de los animales, que había sido contactada por una mujer que fue testigo del incidente. 

El operador del corral informó a Jessie que él mismo mataría a la vaca después de que ella se fuera. 
Cuando Jessie regresó, el corral estaba desierto pero la vaca todavía estaba viva, rodeada de perros que la estaban atacando.
Cuatro agentes llegaron a las 5:30 p.m. Uno de los oficiales, quiso dispararle a la vaca, pero se le informó que un veterinario debería hacerlo. Los dos veterinarios de los Corrales se negaron a darle la eutanasia a la vaca, argumentando que, para preservar el valor de la carne, ella no podía ser destruida. El matarife, finalmente, llegó a las 7:30 p.m. y mató a la vaca con un arma de fuego. El cuerpo del animal se vendió por $307.50.La vaca tenia marcas de mordeduras y alguien le había sacado el agua. Jessie contactó a la policía estatal.

Cuando el empleado de los Corrales fue entrevistado dijo: “No le hicimos absolutamente nada” y argumentó que no veía nada de malo en la manera en que la vaca fue tratada.
Éste no es un caso aislado; en efecto, es tan común que los animales en esta condición son conocidos en la industria de la carne como “animales caídos”, y ni la industria ni el Departamento de Agricultura de Estados Unidos toman medidas para que estos animales sean tratados más humanitariamente. Es una práctica estándar que los empleados de la industria encuentren “animales caídos”, los aten a la parte trasera de una camioneta y los arrastren a un área donde son apilados en espera del matarife.

Qué pasa con las gallinas?

Las gallinas utilizadas por su carne son criadas en amplios establos con hasta 100,000 otras aves, y donde la luz y la ventilación son controladas por máquinas. Una falla del sistema significa la muerte masiva. Genéticamente manipuladas para crecer más y más rápido, los pollos sufren índices extraordinariamente altos de enfermedades óseas que los dejan incapacitados, les causan colapsos pulmonares y paros cardíacos. Entre siete y once gallinas ponedoras viven apretujadas en una pequeña jaula; las patas y los dedos quedan deformados por estar paradas en pisos de rejas de alambre. Las aves canalizan su frustración picándose unas a otras. Para reducir pérdidas, los granjeros cortan el pico de las aves a tan sólo horas después de salir del cascarón. El procedimiento es tan doloroso que muchos pollitos mueren del shock o de hambre, ya que el comer les resulta demasiado doloroso. Cada año, 280 millones de pollitos machos recién nacidos (y que, obviamente, no pueden producir huevos) son tirados a bolsas de basura o máquinas donde se los pica, sofoca o tritura hasta que mueren.

Y los cerdos?
Cada año, 100 millones de cerdos son matados para comida en EE.UU. Los cerdos de reproducción en las granjas industriales son confinados a chiqueros apenas más grandes que sus propios cuerpos. Algunas veces los puestos de cerdos son apilados, y el excremento de los de arriba cae sobre los que están abajo. El olor a amoníaco a veces es demasiado intenso incluso para los granjeros, quienes sólo pasan unos minutos al día en el lugar. Los cerdos quedan tan débiles que apenas pueden caminar. Los empleados del matadero golpean a los cerdos con ganchos de metal en los ojos, la boca y el recto para forzarlos a que se muevan más rápido.
Lo que no sabemos: Los cerdos son animales muy limpios que usan barro principalmente para refrescarse o evitar las moscas. Además, son por lo menos tan inteligentes, sociales y amistosos como los perros.

Qué hay de los peces?
Cuando se los saca de las profundidades oceánicas, los peces sufren descompresión. Con frecuencia, la intensa presión interna les rompe las vejigas natatorias, les revienta los ojos y les empuja el estómago a través de la boca. Luego, se los echa a bordo, donde muchos se sofocan lentamente o son aplastados fatalmente. Otros todavía están vivos cuando se les corta la garganta y el vientre. Los pescadores comerciales son responsables de millones de víctimas “accidentales” cada año, incluyendo aves marinas, delfines, tortugas de mar, focas, etc
La más cruel de las muertes.
La matanza de animales en el Reino Unido está mal manejada y plagada de abusos a animales.
Gabriele Meurer, veterinaria de mataderos, explica: "Con frecuencia, el ganado no es aturdido correctamente antes de que se lo mate. Son muy pocos los animales que se quedan quietos. Están nerviosos, muy asustados, y algunos se mueven violentamente. Nunca se les da tiempo para calmarse. A veces, el encargado erró la descarga eléctrica, hiriendo al animal terriblemente en lugar de aturdirlo”. Rutinariamente los cerdos están conscientes durante todo el proceso de matanza. Dice Meurer, “Los encargados de matarlos muchas veces están tan apurados que no ubican la pistola eléctrica en la posición correcta en la cabeza de los cerdos. Los cerdos quedan medio atontados, o insuficientemente aturdidos. Vuelven en sí cuando se están desangrando, y obviamente están vivos y conscientes cuando son arrojados en agua hirviendo. El proceso de aturdimiento de las ovejas es igual de malo. 
“Los pollos y los pavos tienen aún peor suerte, pues se los cuelga cabeza abajo de sus patas ya lesionadas y vuelven en sí cuando les corta la parte superior del cuello y se están desangrando (o nunca pierden la consciencia, porque no se los aturdió correctamente). Así, cuando los meten en tanques con agua hirviendo para sacarles las plumas, están totalmente conscientes.

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