Alfalfa


Su nombre científico es Medicago sativa, es una planta utilizada como forraje. Pertenece a la familia de las leguminosas.
Procede de Irán, donde en la Edad del bronce se utilizaba para alimentar a los caballos procedentes de Asia Central.
Según Plinio el Viejo, fue introducida en Grecia alrededor del 490 a. C., durante la Primera Guerra Médica, posiblemente en forma de semillas llegadas con el forraje de la caballería Persa.  Pasó a ser un cultivo habitual destinado a la alimentación de los caballos.

Para consumo humano se utiliza como brotes en ensaladas y sandwiches.
Es un alimento con alto contenido proteico.
Por la cantidad de minerales, vitaminas y aminoácidos se emplea para combatir la anemia y como suplemento alimenticio.
Por su contenido de vitamina D y calcio ayuda en caso de artritis y artrosis.
Muy útil en el embarazo y después de la menopausia para evitar la descalcificación y la osteoporosis, así como en los desarreglos con la menstruación.

En brotes contiene: Vitamina A, B-complex, B12, C, D, E, G, fósforo, hierro. calcio y potasio.
Muy eficaz en los casos de hemorragia, por su alto contenido en vitamina K natural y en las dolencias inflamatorias como la artritis.
Tiene una poderosa acción desintoxicante, siendo una gran depurativa, más aún que la levadura de cerveza y el germen de trigo.

Contiene proteasa, invertasa, y lipasa, que le confieren actividad reductora de las grasas en sangre, de ahí que sea útil para la arteriosclerosis, también repara el tejido conjuntivo, remineraliza, en muy rica en sílice y un gran número de oligoelementos.

Útil contra los dolores de estómago y en las úlceras sangrantes, corrige los gases, ayuda en la digestión y soluciona la falta de apetito (pero no aumenta el apetito en personas que no estén inapetentes).

Actúa sobre la hipófisis, bloqueando la secreción de hormona luteinizante, por lo que servirá para reducir la transformación de testosterona en aldosterona, en los casos de adenoma de próstata.
Se utiliza también en problemas hepáticos y de acné.

Ensala de Quinoa y Sesamo

Ingredientes.
  • 500 gr de Quinoa  
  • 1/4 Taza de jugo de lima o limón 
  • 1/2 Taza de aceite de sésamo claro 
  • 2 Cucharadas de aceite de sésamo claro 
  • 1 Pepino pelado, sin semillas y picado fino 
  • 8 Cebollas pequeñas, picadas 
  • 1/2 Taza de cilantro picado fino 
  • sal y pimienta 
  • 3 Cucharadas de semillas de sésamo tostadas para espolvorear

Preparación.

  • Cocer la quinoa en 6 tazas de agua, llevar a ebullición.
  • Reducir el calor hasta que la quinoa esta blanda y ligeramente transparente (20 min. aprox).
  • Verter el jugo de limón y esponjar la quinoa con un tenedor; agregar el resto de los ingredientes y mezclar bien.
  • Espolvorear con las semillas de sésamo y servir.  

Quinoa

Planta alimenticia de desarrollo anual, que usualmente alcanza una altura de 1 a 3 m. Es considerada un pseudocereal, ya que no pertenece a la familia de las gramíneas, en la que están los cereales "tradicionales", pero debido a su alto contenido de almidón su uso es el de un cereal.
Se cultiva en Los Andes de Perú, Argentina, Bolivia, Chile, Colombia y Ecuador, además de los Estados Unidos. Bolivia es el primer productor mundial.

Fue cultivada en los Andes y Noroeste argentino desde hace unos 5000 años. Al igual que la papa, fue uno de los principales alimentos de los pueblos andinos preincaicos e incaicos.
Se considera que fue utilizada en el pasado también para usos cosméticos en la zona del altiplano peruano-boliviano.

Los granos de quinoa se tuestan y con ellos se produce harina. También pueden ser cocidos, añadidos a las sopas, usados como cereales, pastas e incluso se fermenta para obtener cerveza o chicha, bebida tradicional de los Andes.
Cuando se cuece toma un sabor similar a la nuez.

Es considerada desde tiempos ancestrales como una planta medicinal por la mayor parte de los pueblos indígenas de los Andes.
Entre sus usos más frecuentes se pueden mencionar el tratamiento de abcesos, hemorragias, luxaciones y cosmética.

Las civilizaciones precolombinas lo veneraban como grano sagrado, en Quechua quinoa significa "cereal madre". Formaba parte de diversas ceremonias y rituales que fueron prohibidos por los europeos durante la conquista española, este fue un motivo por el que el cultivo de quinoa y de la kiwicha fueron prohibidos al considerarlos asociados a rituales paganos.

Posee un excepcional balance de proteínas, grasa, aceite y almidón, un alto grado de aminoácidos, entre los que se cuentan la lisina (importante para el desarrollo del cerebro) y la arginina e histidina, básicos para el desarrollo humano durante la infancia. Igualmente es rica en metionina y cistina, en minerales como hierro, calcio y fósforo, potasio, magnesio, vitaminas del complejo B, vitamina C, E, tiamina, rivoflavina mientras que es pobre en grasas. Contiene ácidos linoleico y fólico
En contenido nutricional de la hoja de quinoa se compara a la espinaca.

Espelta

Es una variedad de trigo que se cultiva desde hace unos 7.000 años en Oriente Medio (documentado en yacimientos arqueológicos de Irak, Israel y Turquía). Su extensión por el Mediterráneo fue rápida y en la Península Ibérica fue explotada desde los mismos inicios de la agricultura, hace unos 5 milenios.
En algunas zonas se conoce como trigo verde y en otras como trigo salvaje debido a su aspecto más rústico y su sabor más intenso.
De espiga aplanada y grano de color tostado oscuro de mayor tamaño que los del trigo común.

Tanto en el Antiguo Egipto como en China se usaba, además  como alimento, en la elaboración de la cerveza.
Actualmente se utiliza para la preparación de pan, galletas, harinas, cerveza, copos y sémolas como el cous-cous.

Es poco conocida y ha estado a punto de desaparecer por su bajo rendimiento productivo, aunque es ideal para el cultivo ecológico ya que tiene una gran resistencia a las plagas y parásitos. Soporta bastante bien climas adversos y terrenos poco propicios (soporta bien el frío y la falta de agua).

Hoy en día su auge es imparable gracias a sus propiedades nutricionales.
Respecto al trigo común, tiene un mayor nivel de proteínas, minerales, vitaminas y oligoelementos. También contiene los ocho aminoácidos esenciales.

En forma de germinados se multiplican sus nutrientes. Tiene un sabor ligeramente dulzón muy agradable. Es un alimento moderadamente calórico (unas 338 cal/100 g) y en el que los nutrientes que suministran esa energía son de muy buena calidad.
Aporta mucha fibra, siendo ideal para el estreñimiento, obesidad y cualquier problema causado por la falta de fibra.
Su asimilación en el organismo es lenta y progresiva, esto evita altibajos de glucosa en la sangre y la hace aconsejable para los que realicen esfuerzos prolongados.

La absorción de sus nutrientes es extraordinaria ya que es una planta que no ha sufrido tantas variaciones, ni "mejoras" como el trigo común y ese es el motivo principal de que le haga menos alérgico.
También es muy rica en ácido silícico que es uno de los nutrientes más necesarios en nuestro organismo ya que forma parte de nuestros tejidos y órganos.
Su contenido en grasas es muy bajo y tienen un alto porcentaje de ácidos grasos monoinsaturados, en especial el oleico, igual que el aceite de oliva, y el linoleico u omega-6, ambos beneficiosos para el control del colesterol.

Entre el resto de sus componentes figuran múltiples sustancias que ayudan a mantener una buena salud, como las vitaminas B1, B2, B3, ácido fólico o E, minerales como el magnesio, manganeso, fósforo, hierro, cobre, zinc, selenio o potasio; mucopolisacáridos, lignanos, glucanos, fitosteroles vegetales, compuestos fenólicos y multitud de compuestos fitoquímicos combinados que hacen de ella un cereal muy recomendable.

Se suele encontrar en grano, con su cáscara entera o pelado. El primero solo es recomendable si se quiere moler al momento para hacer harina en casa. Cocinarlo directamente no es aconsejable, pues necesita un remojo de unas diez horas y después casi tres de cocción. Sin embargo, ya pelado se tendrá listo en 30 o 40 minutos.
Otra opción para cocinar con el grano son los copos, que al venir aplastados están listos en 25 minutos y absorben muy bien los sabores. Suelen utilizarse para sopas, cremas, ensaladas, salteados con verduras o guisos cremosos, tipo risotto. Hay que tener siempre en cuenta que requiere más líquido o caldo que sus productos homólogos de trigo normal.

No obstante, aunque es más pobre en gluten que los trigos panificables, sigue siendo un alimento prohibido para los celiacos.

Pastelitos de zanahoria y eneldo

Ingredientes.

  • 125ml de crema agria
  • 1 cucharadita de comino molido
  • 1 cucharada de eneldo fresco picado
  • 5 zanahorias ralladas
  • 2 huevos ligeramente batidos
  • 5gr. de harina

Preparación.
  • Mezclar la crema agria, el comino y el eneldo.
  • Mezclar le zanahoria, el huevo y la harina hasta hacer una masa ligera.
  • Freír en aceite caliente hasta que los pastelitos estén dorados por ambos lados.
  • Servir con la salsa agria.

Champiñones con mantequilla de ajo.

Ingredientes. 
  • 2 cucharadas de aceite de cacahuete
  • 1 cebolla grande
  • 2 dientes de ajos machacados
  • 400 gr. de champiñones
  • 2 cucharaditas de sal de ajo 
  • 100 gr. de mantequilla
Preparación.
  • Saltear la cebolla, los champiñones y el ajo con el aceite.
  • Agregar la mantequilla y la sal de ajo.
  • Servirlas sobre tostadas junto con hojas de albahaca.

Sopa de tofu y calabaza

Ingredientes.
  • 1 Litro de caldo de verduras
  • 500 gr. de calabaza pelada y picada
  • 200 gr. de tofu 
  • 1 cucharada de cilantro fresco picado
  • 2 cucharaditas de jengibre fresco rallado 

Preparación.
  • Mezclar el caldo, la calabaza y el jengibre. Llevar a ebullición. Cocinar a fuego lento sin tapar durante unos 25 minutos o hasta que la calabaza esté blanda.
  • Batir la mezcla e ir agregando el tofu hasta obtener un puré suave y homogéneo.
  • Poner a fuego lento y agregar el cilantro justo antes de servir. 


Colaboración:  Natursoy (alimentos naturales y biológicos).

Pastelitos de sésamo y calabacín

Ingredientes.
  • 4 calabacines rallados
  • 1 patata rallada
  • 50gr. de harina
  • 2 cucharadas de semillas de sésamo
  • aceite vegetal
Preparación.
  • Escurrir para extraer toda el agua del calabacín y la patata.
  • Mezclar las verduras con la harina y las semillas de sésamo.
  • Hacer los pastelitos con la mezcla y freír en aceite caliente hasta que estén dorados por ambos lados.
  • Servirlos inmediatamente aderezados con sal marina y pimienta al gusto.